Desperté
hace unos minutos y estoy tecleando esto en contra del olvido, mientras aun
tengo la mente fresca y los sentidos embutidos. He soñado con una chica, se que
solo fue un sueño pero en lo más profundo de mi corazón deseo que, en algún
lugar del mundo una chica haya despertado al haber soñado conmigo, y que en
este momento haga esfuerzos como los míos para no olvidarme. Ella era tan real,
demasiado perfecta para sacarla de mi imaginación.
Estaba
durmiendo, cuando normalmente no lo hago, en la mañana. De repente, el sonido
de la televisión me despertó de mi visita al mundo de morfeo. Era extraño,
tenía los sentimientos revueltos, nunca el despertarme había sido tan
espeluznante para mi. Me había enamorado. Una mujer había aparecido mientras
dormía y me había robado el corazón.
Yo
había llegado al convencimiento que no podría amar, que siendo una persona fría
lo máximo que podría otorgar a otra persona sería un profundo cariño, pero eso
no es lo que siento en este momento. Vivo ese bienestar que recorre el cuerpo
en forma de calor, una opresión extraña en el vientre, la mente nublada ahogada
en sus recuerdos. El sentimiento de cuando te abraza tu madre pero multiplicado
por 10 o por 15.
Recuerdo
su piel, no era blanca como la leche, todo el contrario. Era oscura, sin llegar
a negro, de un color más tibio que los mulatos, conservaba los rasgos
característicos de los europeos con una nariz pequeña y ojos almendrados. Pero
no eran sus rasgos lo que más me llamaba la atención, sino sus rojos labios,
destacaban por encima de todo, con ese aspecto sabroso. Eran sus labios lo
extraordinario de esa chica, no relucían los dientes debajo, sino que era el
rojo del carmín el que absorbía todo el protagonismo. Aunque era un sueño puedo
recordar mis sentidos evocados hacía ella: el olor de su perfume, el timbre de
su voz, la musicalidad de su risa, el tacto de sus senos al acercarse para
darme un beso en la mejilla, la agradable sorpresa que sentí al notarlos. Todo
era tan real...
Fue
muy extraño, ella estaba en mi sueño y charlábamos. El rápido olvido de los
sueños me hace una mala jugada, recuerdo que hablamos de forma coherente y
fluida pero no puedo recordar casi de que, solo algunos fragmentos sin sentido
creando un rompecabezas que mi intelecto no puede encajar. Lo más sorprendente
de todo es que ella, demostraba timidez a algunas preguntas, era sutil en sus
respuestas, inteligente en sus replicas y más perspicaz que yo en sus
observaciones, aunque era mi sueño.
Ella
me atraía y por su mirada sabía que yo le gustaba.
Nunca
me dijo su nombre, su edad o donde vive, pues seguramente no exista, que todo
fue fruto de mi imaginación pero me niego a ese pensamiento. Fue todo tan real,
tan detallado, tan fantástico. Me desperté y la perdí, hubiera preferido
quedarme allí. Me estoy volviendo loco pues estoy notando que a cada segundo
que pasa pierdo más recuerdos de ella. A fin de cuentas solo fue un sueño.
Concertamos
una cita, nos veríamos el domingo, ella me invito a comer a su casa. Se que
puede parecer estúpido, pero hoy es lunes y voy a estar esperando toda la
semana esa cita, como si fuera real, el domingo estaré en la cama cerrando los
ojos esperando encontrarla, y si la encuentro quiero quedarme allí.
Deseo
encontrarla de nuevo...Nunca había soñado algo así, ahora tengo miedo de no
volverlo a hacer lo jamás.
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